La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) desempeña un papel crucial en la promoción de estándares éticos y legales en las cadenas de suministro a nivel mundial. Establecida en 1961, la OCDE ha trabajado incansablemente para garantizar que las empresas operen de manera responsable y ética, especialmente en lo que respecta a sus actividades comerciales internacionales.
En el contexto de las cadenas de suministro globales, donde las empresas a menudo operan en múltiples países y jurisdicciones, las normas de cumplimiento son esenciales para asegurar que se respeten los derechos humanos, laborales y ambientales. La OCDE ha desarrollado varias directrices y principios para guiar a las empresas en este sentido.
Uno de los instrumentos más importantes es el documento anteriormente mencionado: «Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales«. Estas recomendaciones, diseñadas en 1976 y revisadas en varias ocasiones desde entonces, ofrecen una guía sobre prácticas empresariales responsables en la lucha contra la corrupción y las malas prácticas de gestión corporativa. Si bien estas directrices no son legalmente vinculantes, proporcionan un marco ético y práctico para las empresas que desean operar de manera responsable en todo el mundo.
Además de las directrices para empresas multinacionales, la OCDE también ha emitido pautas específicas para abordar problemas como el cumplimiento fiscal, la debida diligencia en las cadenas de suministro (Directrices 12 a 16) y el comercio responsable de minerales procedentes de zonas de conflicto. Estas pautas no solo ayudan a las empresas a cumplir con las regulaciones locales e internacionales, sino que también promueven la transparencia y la rendición de cuentas en sus operaciones.
En términos de legislaciones, si bien la OCDE no tiene autoridad para crear leyes directamente, trabaja en estrecha colaboración con sus países miembros para promover la armonización de las regulaciones y la implementación de estándares comunes. Esto se logra a través de la cooperación en la elaboración de políticas, la investigación e intercambio de mejores prácticas.
Un ejemplo notable de legislación vinculada a las actividades empresariales es la participación activa de la Cámara de Diputados de Chile, donde revisan cada una de las iniciativas presentadas al congreso general con perspectiva ética y de evaluación con las directrices aplicables a la OCDE, con el objetivo de visualizar ángulos de mejora, basados en mejores prácticas internacionales.
En resumen, la OCDE desempeña un papel fundamental en la promoción de normas de cumplimiento de cadenas de suministro y legislaciones éticas en el ámbito internacional. Sus directrices y principios proporcionan un marco sólido para que las empresas operen de manera responsable, respetando los derechos humanos, laborales y ambientales en todas sus operaciones globales.
Red LAC
La Red de América Latina y el Caribe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es una plataforma de cooperación regional que busca fortalecer el diálogo y la colaboración entre los miembros globales y los países de esta región. Esta red es un espacio donde los países de LATAM pueden intercambiar experiencias, mejores prácticas y conocimientos sobre políticas públicas en una variedad de áreas, con el objetivo de promover el desarrollo económico, social y ambiental sostenible.
La creación de la Red LAC de la OCDE se remonta a 1996, cuando se estableció el Programa de Cooperación Regional entre la OCDE y América Latina y el Caribe. Desde entonces, la colaboración entre la OCDE y los países de la región ha crecido significativamente, con la participación de gobiernos, organizaciones internacionales, sector privado, sociedad civil y académicos.
Entre los objetivos principales de la Red LAC se encuentran:
1. Facilitar el intercambio de conocimientos y buenas prácticas entre los países de la región y los miembros de la OCDE en áreas como políticas públicas, gobernanza, competitividad, educación, salud, medio ambiente, entre otras.
2. Apoyar a los países de América Latina y el Caribe en la implementación de reformas y políticas basadas en evidencia que promuevan el crecimiento económico inclusivo y sostenible, así como el bienestar social.
3. Contribuir al fortalecimiento de capacidades institucionales y técnicas en los países de la región para abordar desafíos comunes y emergentes, como la mejora de la productividad, la reducción de la desigualdad, la promoción de la innovación y la protección del medio ambiente.
4. Fomentar el diálogo político entre los países de la región y la OCDE, con el fin de identificar áreas de cooperación prioritarias y promover la adhesión a los estándares y recomendaciones internacionales.
La Red LAC de la OCDE organiza una variedad de actividades, incluyendo reuniones ministeriales, seminarios, talleres, publicaciones y proyectos de cooperación técnica. Estas actividades permiten a los países de la región aprender unos de otros y beneficiarse del conocimiento y la experiencia acumulados por la OCDE y sus países miembros en diversas áreas de políticas públicas, de esta forma, pueden obtener una evaluación comparativa de las áreas más vulnerables o con potencial de mejora en pro del desarrollo.
En resumen, la Red de América Latina y el Caribe de la OCDE es un mecanismo importante de cooperación regional que promueve el intercambio de conocimientos y experiencias entre los países de la región y la OCDE, con el fin de avanzar hacia un desarrollo más inclusivo, sostenible y equitativo, empresas de talla mundial o incluso de liderazgo regional-local deberían apuntar a concebir estas directrices como parte de un elemento diferencial en sus productos o servicios. Hoy en día es fundamental alinear los objetivos financieros con los objetivos de desarrollo sostenible concebidos por la ONU en 2015; una visión holística de las organizaciones, focalizada en el bienestar para la sociedad y el cuidado del medio ambiente es lo que se necesita.
