A medida que nos acercamos al final de la Semana Internacional del Transporte Marítimo de Londres y tras la MEPC80, Achilles habló con nuestro Embajador más reciente, Peter Schellenberger de Novomaxis, sobre su opinión acerca de la Estrategia 2023 de la OMI sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de los buques y lo que significa para el transporte marítimo.
En julio de 2023, la Organización Marítima Internacional (OMI) adoptó una estrategia para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el sector del transporte marítimo. Con la visión de «reducir las emisiones de GEI del transporte marítimo internacional y, con carácter de urgencia, se propone eliminarlas lo antes posible, promoviendo al mismo tiempo, en el contexto de esta Estrategia, una transición justa y equitativa».
La mayoría de los lectores de este blog que hayan tenido algo que ver con el transporte marítimo en los últimos años estarán muy familiarizados con los objetivos de GEI de la OMI de reducir las emisiones de dióxido de carbono por trabajo de transporte en un 40% para 2030, y de reducir las emisiones absolutas a cero neto para 2050 o lo más cerca posible de esa fecha. La OMI también ha fijado objetivos intermedios para reducir las emisiones absolutas en un 20%, esforzándose por alcanzar el 30% en 2030 y el 70%, esforzándose por alcanzar el 80% en 2040.
Del mismo modo, pocos discutirían que esta medida de la OMI es un importante paso adelante. Según Horizon, la revista de investigación e innovación de la UE, el transporte marítimo mundial representa el 3% de las emisiones mundiales, pero podría ser responsable del 10-13% si no se toman medidas. Por tanto, es imperativo que los organismos reguladores de todos los sectores establezcan normas e impulsen el cambio que necesitamos.
La estrategia de la OMI para cumplir sus objetivos en materia de GEI abarca estrategias a corto, medio y largo plazo, a un alto nivel. El comité acordó planes a corto plazo entre 2018 y 2023, que abordan los objetivos de contaminación atmosférica y eficiencia energética de acuerdo con la normativa del Anexo VI de MARPOL. Se prevé que estos objetivos estén completados para el 1 de enero de 2026. Los objetivos a largo plazo se desarrollaron como parte de la revisión de la estrategia 2028, para abordar los objetivos más allá de 2030. Al mismo tiempo, se están elaborando estrategias a medio plazo que se ultimarán sobre la base de una serie de criterios. Las medidas constarán de dos elementos:
- un elemento técnico: una norma sobre combustibles marinos basada en objetivos que regule la reducción gradual de los combustibles marinos intensivos en GEI,
- y un elemento económico, basado en un mecanismo de tarificación de las emisiones marítimas de GEI.
Uno de los puntos clave de la estrategia destaca la Naciones Unidas en generaly la dedicación de la OMI a lograr una transición justa y equitativa, garantizando que la industria asuma la responsabilidad de reducir las emisiones reales en lugar de trasladarlas a otras partes de la cadena de suministro, y asegurando que no se pasen por alto importantes preocupaciones sociales en el proceso.
Hablando con Achilles, tras haber asumido recientemente su nuevo papel de Embajador de Achilles, Peter Schellenberger compartió sus reflexiones sobre la importancia de adoptar un enfoque holístico para cumplir los objetivos de la OMI en materia de gases de efecto invernadero: «Una información inteligente en materia de CSC y ASG puede ayudar a las empresas a mejorar sus calificaciones, lo que también puede atraer inversiones. La clave del éxito futuro, sin embargo, es el compromiso genuino con la sostenibilidad a largo plazo.»
El equilibrio entre mejorar las calificaciones y garantizar un cambio significativo es difícil. Hay una gran diferencia entre una organización que quiere marcar la casilla del informe ESG y quedar bien y otra que decide hacer de los objetivos de sostenibilidad y la mejora parte de su ADN. Es alentador ver que muchas empresas están viendo la necesidad real de contar con una política ESG adecuada y que las certificaciones ISO están plenamente integradas en las políticas de la empresa y se tratan con transparencia».
Hablando de cómo podría funcionar la implantación de ESG en el sector del transporte marítimo, Peter dijo: «Yo asumiría que con la información relacionada con ESG/KYC estamos pasando por un proceso similar al que pasamos con ISA hace algunas décadas y todavía llevará algún tiempo que las distintas industrias definan sus necesidades y las estandaricen para una información segura. Probablemente el sector del transporte marítimo se las arreglará para regularse a sí mismo o deberá entrar en vigor algún tipo de legislación. El hecho real hoy es que todos los principales actores del transporte marítimo tienen diferentes necesidades de informes KYC y ESG, lo que obliga a varios miles de proveedores a pasar por la agonía de proporcionar la información requerida, todo lo cual sería mucho más fácil si se hiciera accesible una plataforma común que se ajustara a las normas acordadas, integrando funciones importantes como las comprobaciones de sanciones y el cumplimiento de los UNSDG».
Cuando se le preguntó por su decisión de trabajar con Achilles, Peter dijo: «Conozco a Achilles y he trabajado con ella durante muchos años, sé que su experiencia y su fuerte huella en el sector offshore, más regulado, tiene la capacidad de ser un facilitador de estos asuntos para la industria marítima en general, con sus crecientes demandas de sostenibilidad.»
Para apoyar el objetivo más amplio de una transición justa y equitativa al tiempo que se cumplen los objetivos de GEI, en todo el mundo estamos viendo un número creciente de directivas tanto a nivel nacional como regional destinadas a proteger y mejorar los derechos humanos en las cadenas de suministro mundiales. Más información sobre la transición ética a la red cero y sobre la legislación más reciente de la UE, Alemania, Canadá y Noruega que puede afectar a los armadores y operadores de buques en otros blogs y libros blancos de Achilles.
En general, los objetivos y la estrategia de la OMI en materia de GEI constituyen un importante paso adelante para la mitigación de las emisiones de GEI en el sector del transporte marítimo internacional. La postura positiva muestra la dedicación a la transición desde los combustibles fósiles intensivos en GEI hacia una solución más sostenible a largo plazo que beneficie a todas las partes interesadas.
La iniciativa de la OMI de alinearse continuamente con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y los últimos avances científicos es un elemento fundamental de la estrategia. Debe seguir impulsando la innovación tecnológica y el cambio de comportamiento, e influir en la política siempre que sea posible. Se puede argumentar que esta última es la más importante, ya que, sin política, la acción a menudo decae.