Para abordar la esclavitud, las empresas necesitan disponer de una visibilidad total en su cadena de suministro.
Puede que la esclavitud se aboliera oficialmente, pero las violaciones de los derechos humanos siguen teniendo lugar en la cadena de suministro mundial.
«Es una triste verdad que en estos tiempos modernos aún hablemos de esclavitud de seres humanos», escribió en un blog el Chartered Institute of Purchasing and Supply (CIPS).
La esclavitud es un término empleado para referirse al tratamiento de otro ser humano como si fuera una «propiedad». La Walk Free Foundation la describe como «algo con lo que se puede comerciar, y que se puede comprar, vender e incluso destruir».
El trabajo forzoso y la trata de seres humanos a menudo se denominan esclavitud, pero hay leves diferencias. El primero se refiere a obligar a trabajar sin consentimiento previo; a saber, por medio de amenazas o coacción, mientras que la segunda hace referencia al proceso mediante el cual se compran individuos a través de engaño, amenazas o coacción para someterlos a la esclavitud, el trabajo forzoso u otras formas de explotación grave.
Todos los actos antes mencionados violan los derechos humanos y se pueden evitar por medio de un abastecimiento responsable. Para ello, es fundamental la creación de cadenas de suministro transparentes y el mapeo de la cadena de suministro.
La magnitud de la esclavitud moderna
Se estima que 29,8 millones de personas son objeto de la esclavitud moderna, según Walk Free Foundation. En esta cifra se incluyen aproximadamente 5000 esclavos en el Reino Unido que fabrican ropa y recogen alimentos.
Uno de los casos más recientes de explotación que ha salido a la luz es la esclavitud de trabajadores migrantes en el sector de la pesca de Tailandia, cuyos productos se venden en Gran Bretaña. El periódico The Guardian reveló que hay en torno a 650.000 personas trabajando en el sector del marisco en Tailandia, y la mayoría son trabajadores migrantes de países vecinos que fueron objeto de la trata de personas para llegar a Tailandia.
A raíz de estas revelaciones, los EE. UU. pretenden incluir a Tailandia en una lista negra, para demostrar que la esclavitud simplemente no es aceptable.
La esclavitud y el Reino Unido
El Gobierno del Reino Unido, en su intento por erradicar la esclavitud moderna, presentó el proyecto de ley sobre la esclavitud moderna ante la Cámara de los Comunes el 10 de junio.
Según el proyecto de ley, la aplicación de la ley tendría más poder para tomar medidas contra la explotación, y las reformas garantizarán que los tratantes de esclavos reciban el castigo adecuado, incluidas cadenas perpetuas.
También se introducirán nuevas órdenes para mejorar la capacidad del tribunal a la hora de imponer restricciones a los individuos con el fin de proteger a otras personas de sufrir daños. Asimismo, se establecerá un comisionado antiesclavitud para mejorar y coordinar la respuesta ante la esclavitud moderna.
Entretanto, también se introducirá un mecanismo de defensa para las víctimas de la esclavitud y la trata de personas que se hayan visto obligadas a cometer un delito.
En lo que se refiere a la trata de niños, se creará un institución para su defensa y una nueva orden de reparación para fomentar que los tribunales compensen a las víctimas.
El Gobierno espera que el proyecto de ley también aborde las deficiencias existentes en la legislación y permita a la policía y a la fuerza fronteriza detener a barcos donde se sospeche de la presencia o trata de esclavos.
La CIPS ha planteado varias cuestiones, no obstante. «El mal siempre se oculta en los pormenores», escribió. «Cualquier legislación debe producir medidas prácticas y alcanzables con los mínimos trámites burocráticos y la máxima claridad sobre la manera de conseguir la plena erradicación. Una consulta amplia y franca con las empresas ayudará a allanar el camino, y es positivo ver que ya hay tanto respaldo ante esta iniciativa».
El organismo también criticó el proyecto de ley sobre la esclavitud moderna por no requerir a las empresas que mencionen la esclavitud en sus informes anuales ni que demuestren que la plantilla recibe formación.
La esclavitud y su cadena de suministro
La mayoría de los fabricantes no conocen hasta qué punto son éticas las cadenas de suministro que respaldan a sus empresas. En una investigación de Achilles se indica que el 40% de las empresas que compran solo en el Reino Unido no poseen información sobre los proveedores de segundo nivel, mientras que una de cada cinco empresas no dispone de información acerca de sus proveedores de segundo nivel de todo el mundo. Además, solo el 51% de los fabricantes audita con frecuencia a sus proveedores de primer nivel.
Si se determina la presencia de la esclavitud en su cadena de suministro, las ramificaciones son significativas. Si se revelan condiciones de esclavitud, es probable que se dañe la imagen de marca, la reputación de la empresa y el valor de las acciones. Tales fueron las consecuencias tras el desastre de Rana Plaza, en el que 40 marcas internacionales de minoristas y moda se vieron afectadas por el incidente.
Jon Williams, director principal de productos de Achilles, explicó que parte del problema es que las empresas confían mucho en sus proveedores de primer nivel y, por consiguiente, no sienten la necesidad de poner el foco en sus operaciones.
Achilles determinó que uno de cada cinco grandes fabricantes confía en el cumplimiento ético de sus proveedores gracias a la sólida relación que tienen con ellos. El 8% también afirmó tener «mucha confianza» en que sus proveedores de primer nivel no utilizan mano de obra esclava.
Otro obstáculo para erradicar la esclavitud en las cadenas de suministro es la falta de visibilidad en las mismas. Las empresas a menudo no tienen una visión de sus redes mundiales más allá del primer nivel, lo que significa que grandes partes de la cadena de suministro están ocultas y no rinden cuentas.
Cómo abordar la esclavitud en la cadena de suministro
Las empresas deben hacerse cargo de sus propias cadenas de suministro y mejorar la visibilidad de todos los niveles como parte de un modelo de buenas prácticas.
El ministro de Empresas, Jenny Willott, afirmó: «La transparencia debería estar siempre en el corazón de cada empresa. Todas las empresas, entre ellas las del sector minorista, deben asegurarse de que facilitan la información adecuada a sus clientes y tienen una mentalidad abierta acerca de sus cadenas de suministro».
Al mejorar la visibilidad de las redes de proveedores, las empresas son capaces de identificar ámbitos de riesgo y realizar los cambios relevantes para erradicar los casos de malos tratos a los empleados.
Una gestión eficaz de la información de los proveedores es fundamental para permitir a las organizaciones conocer a fondo con quién hacen negocios.
En Achilles hacemos posible esta función por medio del uso de códigos de producto, que permiten a las empresas aumentar la visibilidad e identificar con rapidez a todos los proveedores que participan en un producto específico. Los compradores también tienen acceso a una serie de funciones de búsqueda, filtrado y visualización para gestionar los datos.
Además, nuestra herramienta Mapeo de la Cadena de Suministro crea transparencia en la cadena de suministro más allá del primer nivel de proveedores, lo que facilita a los compradores la información que necesitan para reducir los riesgos.
El Mapeo de la Cadena de Suministro también permite conocer mejor cómo los eventos mundiales pueden interrumpir las redes y destaca las interdependencias entre los distintos componentes.