En todo el mundo se han hecho enormes esfuerzos para mejorar la seguridad de los sectores de la construcción, minería e industria pesada. Los progresos alcanzados son dignos de celebrar, pero todavía queda trabajo por hacer para garantizar la salud y seguridad en los sitios de trabajo.
De hecho, los estudios y estadísticas muestran que los accidentes y las muertes en el lugar de trabajo siguen siendo un serio problema en todo el mundo, y en algunas regiones incluso han aumentado, especialmente en los sectores de la construcción, producción y minería. Así, por ejemplo, en el sector de la construcción español se han registrado 186 accidentes mortales en 19 meses, la mayoría de ellos por caídas y en el manejo de maquinaria.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que en el mundo mueren cada día 1000 personas por accidentes laborales y cada año 374 millones de personas se ven envueltas en accidentes de trabajo no mortales. Todo ello, aparte de las graves repercusiones que pueden tener las lesiones y enfermedades de larga duración en los trabajadores y en sus familias, también trae consigo tiempo perdido, daños en la reputación y problemas legales para las empresas. La reducción de los incidentes laborales debe ser, pues, una prioridad para cualquier empresa, pero a veces no es fácil entender exactamente cuáles son los factores de riesgo relevantes para un sector o zona geográfica en concreto. En nuestra comunidad de empresas de servicios públicos de Europa del norte y central, por ejemplo, observamos que, si bien el 92 % de sus proveedores disponen de un sistema de gestión de la salud y la seguridad, solo el 29 % lo certifica y acredita a través de un organismo externo.
A regiones diferentes, factores diferentes
A pesar de la creación de normas de salud y seguridad en el trabajo a nivel global y por sector, aún existen numerosas divergencias entre un país y otro. La influencia de factores como la demografía, por ejemplo, en los riesgos de las cadenas de suministro, no son percibidos en su justa medida por los equipos encargados de la salud y la seguridad. Para asegurarse de que se ponen en marcha las políticas e iniciativas adecuadas, los responsables de compras han de prestar más atención a los factores que afectan a la composición de sus plantillas.
He aquí algunos ejemplos de esas «fuerzas invisibles» que afectan a la salud y seguridad en los sitios de trabajo:
Las responsabilidades de los subcontratistas en materia de seguridad en el Reino Unido
En el Reino Unido se observa una tendencia general a la disminución del tiempo de inactividad en el trabajo. En 2019, el Ejecutivo de Salud y Seguridad (HSE por sus siglas en inglés) estimó en 28,2 millones el número de días de trabajo perdidos por problemas de salud y accidentes no mortales en 2018/19, mientras que en el periodo 2015/16 fue de 30,4 millones . En lo que respecta a la mortalidad, los números indican una tendencia a la baja a largo plazo, si bien en los últimos años se ha mantenido más bien estable. Las consecuencias de esta mortalidad son importantes, no en vano el coste anual para empresarios, trabajadores y gobierno alcanzó los 5200 millones de libras entre 2017 y 2018. En una de nuestras comunidades, BuildingConfidence, podemos ver que entre 2018 y 2019 ha aumentado un 8 % el número de proveedores que controlan y mantienen un registro de los subcontratistas aprobados.
Si bien es cierto que disminuye la frecuencia de incidentes que implican pérdidas de tiempo de trabajo tanto para empleados como para contratistas, son estos últimos los que siguen sufriendo en mayor medida accidentes de trabajo. Esto podría deberse a que suelen ser ellos quienes realizan las tareas especializadas, que a veces son las más arriesgadas, o bien a una falta o deficiencia de formación sobre procedimientos de seguridad, o a una supervisión y control insuficientes. Todo esto puede ser difícil de hacer si los responsables de equipo no supervisan de manera eficaz a todos sus trabajadores. En ese sentido, las empresas pueden recurrir a soluciones como Controlar u OnSite, que permiten gestionar a sus contratistas y limitar riesgos específicos.
África y el influjo de jóvenes trabajadores
Por el contrario, actualmente la población activa africana está siendo integrada cada vez más por trabajadores jóvenes. Según la OIT, esta crecerá un 3,1 % en el África subsahariana en 2020. El Banco Mundial afirma que en gran parte del continente ha disminuido la mortalidad infantil y la tasa de fecundidad, lo que hace que crezca el número de personas en edad de trabajar con menos dependientes, en definitiva, el número de trabajadores disponibles per cápita.
La región, junto con Asia, continúa teniendo sin embargo un índice de accidentes laborales unas cinco veces superior al europeo. Los más jóvenes son los que lo sufren en mayor medida, en comparación con otros grupos de edad, por la falta de competencias y experiencia en el uso de herramientas o por el hecho de trabajar en entornos laborales peligrosos. Una gestión de riesgos efectiva y la práctica de medidas de salud y seguridad en un lugar de trabajo significa evitar que los jóvenes trabajen en lugares donde la seguridad no esté garantizada. Del mismo modo, una formación eficaz es igual de necesaria para el desarrollo de sus capacidades, y en ese sentido hemos trabajado recientemente con Roofline Group, el cual ha utilizado nuestras soluciones de preselección para consolidar su voluntad de mejorar las capacidades de sus trabajadores y reducir los incidentes.
América Latina y la economía informal
La economía informal es característica de muchas regiones, pero especialmente de América Latina. En 2018, el Banco de Desarrollo de América Latina afirmó que el sector informal representaba alrededor del 60 % del mercado laboral, es decir, 140 millones de trabajadores. La situación varía mucho de un país a otro. En Brasil, por ejemplo, la tasa de trabajo informal es del 36 %, mientras que en Guatemala es del 73 %.
Los trabajadores informales a menudo están expuestos a condiciones laborales deficientes, mayores riesgos de salud y seguridad y a salarios más bajos e inestables. Tampoco están protegidos por las reglamentaciones laborales, por ejemplo en materia de contratación, despido, salario mínimo, beneficios y derechos del empleado, sin olvidar la ausencia de seguros por bajas laborales.
Los estudios del Instituto de Desarrollo de Ultramar revelan que el bienestar del trabajador y la salud y seguridad en el trabajo son dos factores de diferenciación clave entre el empleo formal e informal en toda América Latina. El 46 % de los trabajadores informales que fueron objeto de estudio estuvieron expuestos a movimientos repetitivos, y el 21 % a altas temperaturas. Igualmente, resulta difícil comprobar las competencias y la experiencia de este tipo de trabajadores, cosa que dificulta la gestión de los riesgos y puede generar riesgos mayores para sus compañeros.
Las herramientas adecuadas para cada desafío
Los factores que influyen en los accidentes de trabajo en el mundo son complejos, pero las soluciones suelen ser similares. Saber exactamente quién se encuentra en el lugar de trabajo en un momento determinado y qué capacidades tiene ayuda a mejorar la seguridad y a minimizar los riesgos. Este nivel de visibilidad puede ayudar al personal a adaptarse y desarrollarse con el tiempo, a través de formaciones específicas. Los problemas de cada sector pueden ser distintos, pero las lecciones que pueden aprenderse de unos pueden aplicarse a los demás, ayudando a afrontar los problemas antes de que se produzcan. Entender los factores concretos que influyen en la salud y seguridad de un sitio de trabajo es el primer paso, pero los equipos de gestión de riesgos y contrataciones también deben asegurarse de que disponen de las herramientas adecuadas para realizar su tarea:
- Las auditorías sobre salud y seguridad nos ayudan a ser conscientes de nuestro rendimiento y eficacia actuales, y nos muestran los puntos de mejora.
- Herramientas como Controlar pueden ayudarnos a asegurarnos de que cada trabajador o proveedor presente en el lugar tiene las capacidades, competencias y formación necesarias para estar ahí, lo que nos permitirá implantar prácticas de seguridad más eficaces.
- La planificación de la cadena de suministro nos da una idea más clara del modo en que pueden afectarnos los distintos problemas según la región.
La salud y seguridad de los sitios de trabajo no deben tomarse nunca a la ligera. Un asunto como este requiere una vigilancia constante para garantizar la aplicación de las mejores prácticas, y nosotros queremos ayudar a elevar los niveles de exigencia de las industrias en todo el mundo.
Nuestros conocimientos y competencias a nivel global o local nos permiten entender los problemas específicos a los que se enfrentan los compradores y proveedores de distintas regiones geográficas, y pueden ayudar a identificar y resolver cualquier riesgo inherente a la salud y seguridad de su cadena de suministro. Todo ello nos ha ayudado igualmente a crear toda una serie de soluciones, concretamente la preselección de los proveedores, la herramienta Controlar y las auditorías sobre salud y seguridad, que pueden ayudar a las cadenas de suministro de los sectores de la construcción y la minería a hacer frente a los desafíos que se les presentan, así como a trabajar de manera más segura y productiva.