Gestión del riesgo en la cadena de suministro para nuevos grandes riesgos.
La propagación del Covid-19 y la actual crisis de los incendios forestales en Australia representan ejemplos extremos de cómo determinados sucesos locales pueden convertirse con rapidez en emergencias a gran escala. A menudo, es la naturaleza inesperada de estos sucesos lo que dificulta tanto controlar las pérdidas humanas y económicas.
Este tipo de desastres a gran escala han afectado a todos los rincones del planeta y tienen un importante impacto en la economía. En nuestra propia comunidad de tecnología y fabricación, contamos como mínimo con un proveedor en 72 países distintos. Las cadenas de suministro mundiales implican que personas no relacionadas con el suceso original también suelen sufrir las interrupciones y las pérdidas económicas.
Estos nuevos grandes riesgos se caracterizan como riesgos sistémicos extremos provocados por acciones del ser humano, más que peligros puramente naturales. Suponen un grave desafío para los equipos de compras que intentan proteger sus empresas frente a interrupciones importantes de las cadenas de suministro. ¿Es posible contar con un plan B eficaz para cualquier contingencia?
Pérdidas terribles
Mientras la cuarentena en China sigue afectando a numerosas ciudades y a decenas de millones de personas, y con un cálculo aproximado de 10 millones de hectáreas en Australia quemadas o ardiendo, la economía global se enfrenta a posibles riesgos de interrupción de las cadenas de suministro de una escala sin precedentes.
En China, los esfuerzos por contener la propagación del virus están afectando a negocios tanto locales internacionales. En Shanghái se pidió a las empresas que interrumpieran sus operaciones durante dos semanas y no se les permitió reanudar su actividad hasta el 9 de febrero. Por su parte, en Suzhou se pospuso una semana el regreso de millones de trabajadores migrantes. El papel de esta región como principal centro de fabricación de empresas como Apple, Foxconn, John & Johnson y Samsung supone que los efectos de cualquier interrupción repercuten con rapidez en la economía global. En nuestra comunidad de tecnología y fabricación, el 21% de los presupuestos de compradores se invierte en proveedores clave con sede en China.
Muchas empresas internacionales están notificando a inversores y clientes que deben esperar una interrupción de la cadena de suministro. Toyota ha decidido suspender sus actividades de producción en las regiones afectadas y restringir los viajes de los empleados. Hyundai ha parado la producción en Corea del Sur, aduciendo una falta de componentes provocada por el brote.
Cálculo de las posibles consecuencias
«Aunque es posible que podamos superar los retos asociados con la producción durante las próximas semanas, la capacidad de entrada y salida limitada puede convertirse en el mayor obstáculo durante los meses de marzo y abril para conseguir que las cadenas de suministro se normalicen», DHL Resilience360. Para los equipos de compras que intentan desarrollar estrategias eficaces de gestión de riesgos en la cadena de suministro, cada vez es más importante contar con planes para enfrentarse a sucesos a gran escala. Durante el Foro Económico Mundial (WEF), se pusieron de relieve los posibles efectos económicos de los desastres naturales y el cambio climático en el informe Global Risks Report 2020. El aumento de los problemas asociados con el calor producidos por el calentamiento global podría provocar pérdidas de productividad equivalentes a 80 millones de empleos a tiempo completo en 2030. Sin embargo, ya hemos empezado a ver efectos significativos. En el informe se calcula que la tensión económica mundial y las pérdidas provocadas por desastres naturales en 2018 supusieron aproximadamente 165,000 millones de dólares; la mitad de esta cifra no estaba asegurada. Ya estamos siendo testigos de esta tendencia en nuestra comunidad de empresas de servicios públicos de Europa central (UNCE): el 50% de sus proveedores indica que cuenta con seguros por daños ecológicos y de contaminación.
Aunque sucesos similares, como el brote de SARS en 2003, nos ofrecen enseñanzas claras, en la actualidad las cadenas de suministro y las economías están mucho más globalizadas. China ocupa un espacio tremendamente importante en la economía global, y ha aumentado más del doble su cuota de exportaciones mundiales de mercancías con respecto a 2003. La provincia de Guangdong por sí sola exportó más en 2018 que el conjunto de China hace 17 años.
Incluso una reducción temporal del PIB chino tendría repercusiones enormes, al igual que las caídas de las ventas al por menor o los viajes internacionales (el gobierno de EE. UU. ya ha publicado una advertencia formal para que se eviten todos los viajes a China). La Academia China de Ciencias Sociales, que cuenta con el respaldo del gobierno chino, calcula que el brote podría generar una tasa de crecimiento por debajo del 5% durante el primer trimestre de 2020.
Entonces, ¿qué papel desempeñan los equipos de compras a la hora de identificar y mitigar los riesgos de interrupción de las cadenas de suministro, como lo que se están produciendo en China y Australia?
La importancia de tener un plan B
Sin visibilidad y transparencia de las cadenas de suministro, los planes de contingencia no pasan de ser conjeturas con cierto fundamento. Nuestro estudio muestra que solo el 44% de las interrupciones de la cadena de suministro que afectan a los compradores se origina en el nivel 1.
Al desarrollar modelos de riesgo, los compradores deben asegurarse de que estos se basan en normativas, necesidades del sector y el flujo de mercancías y servicios. Esto permite calificar a los proveedores en función de los riesgos que presentan, y se puede pedir a los de mayor riesgo que proporcionen garantías adicionales de que tienen la capacidad necesaria para enfrentarse a una interrupción repentina, un aumento de los requisitos de conformidad o problemas de responsabilidad social corporativa. A partir de ahí, se puede realizar un seguimiento de los proveedores de alto riesgo para que los compradores puedan reaccionar con rapidez ante los cambios, ya sea adaptando sus planes de continuidad empresarial o encontrando fuentes alternativas de respaldo. La incapacidad de reacción puede acarrear graves costes. En China, el transporte aéreo ha caído un 50% y hay retrasos en la expedición de mercancías en el río Yangtze. Es probable que las empresas que no tienen proveedores alternativos de materias primas y componentes sufran efectos considerables debido a estos retrasos, sobre todo si se mantienen en el tiempo.
Una parte importante de la gestión de riesgos de las cadenas de suministro es la comunicación con los proveedores, factor que cobra aún más importancia en épocas de crisis. Adaptarnos juntos a las nuevas situaciones es la mejor forma de limitar los perjuicios para todos. Cuando los proveedores notifican los plazos, los compradores deben confirman que han examinado su cadena de suministro completa para asegurarse de que no haya problemas. ¿Van a provocar retrasos los controles de seguridad reforzados en aeropuertos, puertos y fronteras terrestres? Y en tal caso, ¿qué grado de interrupción de la cadena de suministro podrían suponer?
Desarrollar cadenas de suministro más sólidas, seguras y sostenibles es fundamental para poder adaptarse a un mundo en constante cambio. Los equipos de compras desempeñan un papel importante para garantizar que sus empresas están preparadas para los cambiantes riesgos y desafíos que deberán afrontar las cadenas mundiales de suministro en las próximas décadas. Para hacerlo con eficacia, van a necesitar contar con un conjunto completo de herramientas de gestión de riesgos de las cadenas de suministro personalizadas.