Mientras el proyecto de ley sobre la esclavitud moderna llega al Parlamento, se ha puesto el foco de atención en la ética y la transparencia en las cadenas de suministro —o la ausencia de ellas— en el marco de las redes de suministro.
Los representantes del Ministerio del Interior afirman que, con la nueva legislación, las grandes empresas tendrán que divulgar anualmente las medidas que hayan tomado para erradicar la esclavitud de sus cadenas de suministro. También se ha nombrado al primer comisionado antiesclavitud del Reino Unido —liderado por Kevin Hyland, anterior director de la unidad de trata de seres humanos de la Policía Metropolitana de Londres— que será el encargado de desenmascarar a las empresas que no instauren procedimientos para abordar la esclavitud.
Esto creará una necesidad más imperativa para los compradores de dar a conocer la visibilidad de la cadena de suministro más allá del primer nivel.
«Una vez que sepan que las vigilan… querrán tener cadenas de suministro limpias», declaró Kevin Hyland al Financial Times. «Si no cumplen, serán desenmascaradas, y ninguna empresa del mundo quiere que se la conozca por emplear esclavos».
¿Pero cuál es la amenaza y qué pueden hacer las empresas para sortearla?
Conductas poco éticas en la cadena de suministro
La esclavitud, el trabajo forzoso y la trata de seres humanos son tres de los principales riesgos para la ética en la cadena de suministro. La esclavitud se refiere al tratamiento de otro ser humano como si fuera una «propiedad» con la que «se puede comerciar, y que se puede comprar, vender e incluso destruir», según la Walk Free Foundation. El trabajo forzoso es servirse de la mano de obra sin su consentimiento a través de amenazas o coacción, mientras que la trata de seres humanos es la compra de individuos a través de engaño, amenazas o coacción para someterlos a esclavitud, trabajos forzosos u otras formas de explotación.
Estas acciones violan los derechos humanos y son, por desgracia, más habituales de lo que muchos creen. De hecho, la Walk Free Foundation afirma que 29,8 millones de personas son objeto de la esclavitud moderna, entre ellos 5000 esclavos en el Reino Unido.
La Agencia Nacional del Crimen también ha determinado que el número de posibles víctimas de trata de seres humanos y trabajo forzoso en el Reino Unido ascendió al 47% el pasado año.
Entonces, ¿por qué son tan desconocidos para muchos los delitos que se producen en las cadenas de suministro? Según un estudio realizado por Achilles, el 40% de las empresas que compran solo en el Reino Unido no poseen información sobre los proveedores de segundo nivel, y una de cada cinco organizaciones no dispone de información acerca de sus proveedores de segundo nivel de todo el mundo. A menudo la esclavitud permanece oculta en la cadena de suministro y, aunque la naturaleza compleja de las cadenas de suministro dificulta desenterrarlas, no cabe duda de que se puede hacer más para estrechar el cerco sobre los casos de abuso.
Actualmente, solo el 51% de los fabricantes audita con frecuencia a sus proveedores de primer nivel. Existe un grado de confianza asumida con los proveedores de primer nivel, pero esto puede estar impidiendo que las cadenas de suministro tengan que rendir cuentas.
Es preocupante que Achilles haya determinado que solo el 8% de los grandes fabricantes afirma tener «mucha confianza» en que sus proveedores de primer nivel no utilizan mano de obra esclava.
Estas cifras han sido corroboradas por el Chartered Institute of Purchasing and Supply. En un estudio, el organismo reveló que el 11% de los dirigentes empresariales cuentan con una cadena de suministro que piensan que es probable que contenga esclavitud moderna y el 72% de los profesionales de la cadena de suministro británica posee cero visibilidad de su cadena de suministro más allá del segundo nivel.
Garantizar la ética en la cadena de suministro
Para protegerse contra las conductas poco éticas en la cadena de suministro solo se necesita una cosa: transparencia. Aunque no es fácil alumbrar en las galerías más oscuras y profundas de la cadena de suministro, con la puesta en marcha de los procesos adecuados sí es posible.
La primera medida es garantizar que todos los proveedores rellenen cuestionarios de responsabilidad social corporativa como parte del proceso de precalificación. De esta forma, los compradores podrán identificar las debilidades y descartar del proceso a cualquier proveedor de alto riesgo.
Como miembro de Achilles, puede extraer los compradores de un banco de proveedores validados y gestionar toda la información sobre proveedores por medio de una sola base de datos.
El mapeo de la cadena de suministro también es una herramienta importante para garantizar que la ética se extiende por las redes de suministro. Al enviar solicitudes automatizadas de información a través de la cadena de suministro, las empresas pueden comprender mejor qué ocurre y dónde ocurre. Sin embargo, es fundamental lograr la implicación de los proveedores de primer nivel, quienes pueden ayudar a identificar a los subproveedores.
La última pieza del rompecabezas para garantizar la ética en la cadena de suministro es las auditorías a los proveedores conocidos. Esta es la validación in situ del cuestionario de la empresa. Las auditorías de Achilles abarcan cuestiones de responsabilidad social corporativa, salud y seguridad, medio ambiente, emisiones de carbono, evaluaciones de fábricas, calidad, continuidad del negocio y recursos humanos.
Nuestras auditorías reflejan los requisitos del sector, entre ellos las normas, las mejores prácticas y leyes específicas de cada país.
Nos preparamos para un futuro ético
Con el Reino Unido cada vez más estricto en relación con las conductas poco éticas en la cadena de suministro, las organizaciones que puedan demostrar transparencia y garantizar que no haya casos de abusos de los derechos humanos en sus cadenas de suministro partirán con ventaja.
Es esencial adelantarse a la legislación y aprovechar las ventajas que las cadenas de suministro más éticas suponen para las empresas.
En declaraciones realizadas anteriormente este año, David Noble, director ejecutivo del CIPS, señaló lo siguiente: «Los consumidores y los dirigentes empresariales han llegado a un pacto de ‘si no hay preguntas, no se hacen declaraciones’ en las cadenas de suministro británicas. Ni los consumidores ni los directivos empresariales han aprendido la lección del escándalo de la carne de caballo y están contentos con seguir ignorando la mala praxis que podría estar produciéndose por sus cadenas de suministro».
«Si el proyecto de ley sobre la esclavitud moderna quiere tener una oportunidad de eliminar la esclavitud de la cadena de suministro británica y queremos evitar que se repita el escándalo de la carne de caballo, debemos fortalecer el rol de los profesionales del aprovisionamiento en sus empresas».