A partir de su presupuesto de otoño de 2018, el Gobierno del Reino Unido ha anunciado un aumento de un 30 % del gasto en proyectos de infraestructura y un paquete de 30 000 millones de libras para las carreteras de Inglaterra. Aunque se trata de noticias estupendas para las pymes proveedoras, es fundamental medir y analizar rigurosamente el rendimiento de los proveedores antes de asignar los nuevos fondos disponibles. El canciller Phillip Hammond también ha señalado el final de los controvertidos modelos de financiación PFI y PF2 para el desarrollo de infraestructuras. Es improbable que el cambio termine con la implicación de las empresas privadas en la prestación de servicios públicos y obras de infraestructura básicos, pero sí indica que los contratos adjudicados se someterán a un mayor escrutinio.
Desde hace mucho tiempo las pymes se han considerado los motores del crecimiento en el Reino Unido y otros países, y el presupuesto de 2018 del canciller destacó su importancia para la economía nacional.[1] Pero ahora que las pymes proveedoras esperan ampliar su negocio en las áreas impulsadas por la inversión, los contratistas se enfrentarán a un conjunto más amplio de capacidades que convertirán en un reto el proceso de selección. La competencia será muy reñida para conseguir los nuevos contratos, y demostrar experiencia, capacidad y cumplimiento normativo en toda la cadena de suministro será más importante que nunca.
Riesgos y daños en la reputación de la cadena de suministro
En Achilles, somos conscientes de que el atractivo de los contratos lucrativos puede provocar que los proveedores lleven sus credenciales al límite, a veces sin contar con el historial, las habilidades o los sistemas necesarios que justifiquen sus declaraciones. La falta de transparencia o supervisión puede provocar costes e interrupciones importantes en las cadenas de suministro establecidas. Por ejemplo, según las estadísticas que tenemos del sector de la construcción en el Reino Unido, el 87 % de los proveedores realizan auditorías internas, pero solo el 53 % auditan a sus propios proveedores. Estas carencias pueden en riesgo la reputación de compradores y proveedores por igual.
Nosotros nos esforzamos por ayudar a las pymes a mejorar y medir su rendimiento, a fin de proporcionar pruebas tangibles de la selección durante las licitaciones de proyectos. Por ejemplo, mediante rigurosas auditorías a proveedores, ayudamos a reducir el riesgo y, a cambio, mejoramos las expectativas. De hecho, las empresas que auditamos tienen un 40 % menos de probabilidad de sufrir accidentes respecto al promedio del reglamento del Reino Unido sobre la notificación de lesiones, enfermedades y sucesos peligrosos (RIDDOR), una consideración importante para los profesionales de las compras y que puede ser el factor decisivo para la adjudicación de contratos.
Enfoques basados en datos
Además de apoyar a los proveedores, también ponemos nuestros datos a disposición de los compradores, para permitirles tomar las decisiones adecuadas al adjudicar proyectos y fondos. Nuestros enfoques basados en datos ayudan a los contratistas a identificar y gestionar riesgos en la cadena de suministro que pueden afectar a la rentabilidad y la reputación. Por ejemplo, cada año le ahorramos al sector de los servicios públicos del Reino Unido 30 millones de libras tan solo en lo que se refiere a costes derivados de la evaluación de proveedores.
La transparencia que proporcionan este tipo de datos también puede ofrecer a los inversores confianza en la viabilidad a largo plazo de los proyectos. De hecho, una de las ocho recomendaciones clave de un informe realizado por el Instituto de Ingeniería Civil del Reino Unido sugiere que proporcionar más análisis y detalles sobre el riesgo y la viabilidad de cada proyecto podría servir para apoyar a la comunidad de inversores y ayudar a establecer modelos de financiación sostenible en el futuro. Al ayudar a mejorar el rendimiento y las cualificaciones de los proveedores, y al proporcionar a los compradores datos y conocimientos inteligentes únicos, buscamos ofrecer el apoyo necesario a todos los participantes de la cadena de suministro, sin importar su tamaño. Y a pesar de que celebramos los paquetes de inversión en infraestructuras recientemente anunciados por el canciller, insistimos en que se cumplan los controles y balances de compras necesarios. Solo así podrá el Gobierno garantizar que se minimicen los riesgos y costes asociados, y que la comunidad empresarial del Reino Unido obtenga el máximo valor.
[1] Por ejemplo, el nuevo impuesto de servicios digitales solo se aplicará a las empresas con ingresos globales de más de 500 millones de libras.