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Auditando a Papá Noel: investigando las prácticas laborales en el taller de Papá Noel

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Auditando a Papá Noel: investigando las prácticas laborales en el taller de Papá Noel

No cabe duda de que el abastecimiento y la distribución de regalos navideños a niños de todo el mundo en aproximadamente 500 millones de hogares suponen un verdadero reto logístico que pondría en un serio aprieto a más de un director de compras y su equipo.  Pero para Papá Noel no es más que un día de trabajo cualquiera; eso sí, un día que comienza con la puesta de sol en Nochebuena a un lado de la línea internacional de cambio de fecha, en Rusia, y termina justo antes del amanecer del día de Navidad en Alaska.

El año pasado vimos por qué Papá Noel era verdaderamente el responsable definitivo de la cadena de suministro global, pero, ¿cómo soportaría esta operación el escrutinio de una auditoría de prácticas laborales (APL) de Achilles?  ¿Cuáles serían los aspectos clave que habría que cubrir en el caso de este empleador ártico?

Suponiendo, como es el caso, que Papá Noel tenga su base de operaciones en Laponia, estaría sujeto a las prácticas laborales de la Unión Europea (UE). Es decir, partiríamos de un marco de protección. Sin embargo, las buenas prácticas de empleo son universales y estamos convencidos de que Papá Noel hará lo indecible por quedar fuera de la lista de los malos cuando de lo que se trata es de ser un gran empleador.

A bote pronto, se nos ocurren un par de cuestiones.  Una pregunta que siempre se hace a los empleados en el curso de las Auditorías Laborales es si su empleador les proporciona alojamiento; y si hacemos caso a este vídeo presentado como prueba, cabría pensar que la cosa está bastante abarrotada por aquellos lares. Sin embargo, los testimonios recopilados sugieren que los elfos son libres entrar y salir, y que ellos mismo manejan su documentación de viaje, lo que supone otro indicador de libertad de movimiento.

Trabajar expuestos a temperaturas extremas durante los días previos a la Navidad y, luego, en la propia noche a menudo en condiciones de alto riesgo representa un escenario de lo más exigente para todos los implicados.  Cualquier auditor al que le toque encargarse de una auditoría tan compleja como ésta indagará si el empleador proporciona de forma voluntaria los equipos de protección personal (EPP) necesarios para llevar a cabo el trabajo.  Las evidencias proporcionadas  muestran que, si bien Papá Noel está al tanto de la normativa de la UE sobre los EPP, cabe examinar con detalle cómo pretende mantener a su plantilla a salvo de la amenaza de la COVID mientras viaja por todo el mundo en Nochebuena.

¿Estamos seguros de que Papá Noel respeta la igualdad de oportunidades como empleador?  El material gráfico examinado sugiere que se maneja bien con la lengua de signos y, dada su experiencia en los mercados internacionales, es probable que hable varios idiomas.  Esto es un punto importante porque significa que puede facilitar información e impartir cursos en diferentes idiomas a sus elfos sobre cuestiones relevantes, por ejemplo, en materia de salud y seguridad o sobre cómo evitar peligros.

Quizás la pregunta más obvia que cabe plantear a Papá Noel y a sus elfos gira en torno a las condiciones de trabajo.  La época previa a la Navidad resulta de lo más intensa para muchas operaciones comerciales, pero la escala de este proyecto global implicaría que es poco probable que los elfos puedan hacer pausas adecuadas, tomarse unos días libres y recibir remuneración alguna por sus horas extra.  Conocer más detalles sobre todos estos aspectos resultaría de especial interés para un auditor de Achilles.  Pero entonces, tratándose de una operación especial tan particular como esta, ¿cabe la posibilidad de que todo nuestro conocimiento terminase por estropear la magia de la Navidad? Eso nunca lo sabremos.

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