El concepto «cero daños» es la piedra angular de la seguridad y salud en el trabajo, un ideal que en el sector de la construcción, en particular, puede parecer un sueño lejano. En efecto, el índice de accidentes en este sector fue tres veces superior a la media de todos los sectores en los países de la UE en 2018, último año del que se tienen cifras.
En la actualidad, es probable que las deficiencias en materia de seguridad y salud en las obras de construcción revistan consecuencias más graves que en la mayoría de los demás sectores. En los 12 meses anteriores a abril de 2021 murieron 39 trabajadores en obras en el Reino Unido, según las autoridades de sanidad seguridad, lo que representa más de la cuarta parte del total de muertes que se produjeron en el país en todos los sectores, que ascendió a 142. El índice de accidentes mortales en la construcción fue cuatro veces superior a la media de todos los sectores. En España el número de muertes en la construcción en el primer trimestre de 2021 ascendió a 22. En Noruega, por su parte, los accidentes en la construcción supusieron casi una quinta parte de las muertes por accidentes de trabajo el pasado año, y en Suecia dos quintas partes, si bien estas cifras pueden reflejar una disminución de la actividad en algunos otros sectores durante las primeras olas de la pandemia.
El elevado número de fallecimientos y accidentes en las obras de construcción de todo el mundo demuestra el nivel de riesgo de este trabajo y la importancia de controlar unos entornos laborales que no dejan de cambiar. Las causas más frecuentes que dan lugar a accidentes laborales graves están relacionadas con los trabajos en altura y en lugares con vehículos en movimiento, tareas todas ellas indispensables para la construcción. Por otra parte, el carácter cambiante de los lugares de trabajo agrava aún más estos riesgos, ya que la disposición y distribución varía en función del avance de los proyectos, cosa que dificulta el mantenimiento de vías peatonales de seguridad y zonas de exclusión para proteger a los trabajadores de la caída de objetos.
La importancia de las normas de seguridad y salud para los contratistas
Controlar los riesgos relativos a la seguridad en las obras es la gran prioridad, pero no son estos los únicos riesgos para la salud que cabe afrontar en el sector de la construcción. También están las dermatitis provocadas por la manipulación de cemento húmedo, la pérdida auditiva producida por las herramientas neumáticas, u otras tantas nuevas afecciones relacionadas con el trabajo en la construcción que pueden surgir con los años. Algunos de estos riesgos pueden controlarse con simples medidas técnicas o administrativas. Por ejemplo, mediante la aspersión de agua y evitando el barrido en seco con escobas puede reducirse el polvo en suspensión de las obras, causante de enfermedades respiratorias.
Formar y equipar bien a tus propios empleados te acercará al objetivo, que no es otro que controlar todos estos riesgos y alcanzar los niveles más altos de seguridad y salud en la construcción. Dicho esto, todo ese esfuerzo no será suficiente para protegerlos si los contratistas que trabajan con ellos en las obras no siguen normas análogas. Así, será mucho más difícil mitigar las consecuencias de un accidente si el punto débil de la cadena es un contratista, ya que sus trabajadores no serán empleados directos de tu empresa. En cualquiera de los casos, el resultado seguirá siendo la interrupción de las actividades. Además, en muchos países, la normativa sobre salud y seguridad en la construcción estipula que, en caso de accidente del trabajador, la responsabilidad es compartida con el contratista.
El mejor modo de alcanzar el objetivo de «cero accidentes» del personal contratado en nuestra obra no consiste en elegir empresas con un bajo registro de accidentes y enfermedades, sino en animarlas a mejorar sus prácticas de trabajo. Es mejor asegurarse de que toda persona que llegue a la obra esté en disposición de aplicar desde el primer día las prácticas necesarias en materia de seguridad y salud.
Una buena preselección de los contratistas te sirve para saber si estos dan la suficiente importancia a la formación de sus trabajadores y al cumplimiento exhaustivo de las normas de seguridad y salud, tan importantes para mantener la seguridad en las obras de construcción. Además, el estudio detallado de los contratistas te evitará igualmente cualquier riesgo de que, sin saberlo, estés favoreciendo la esclavitud moderna o los sueldos precarios de sus trabajadores, una preocupación constante en el sector. No en vano, en 2020, prácticamente uno de cada cinco casos de explotación laboral comunicados en el teléfono de ayuda nacional de Unseen, organización benéfica británica contra la trata de personas, se referían a empresas de construcción.
Encuentra el socio adecuado para tus construcciones
Las empresas que han sido previamente evaluadas por la calidad de sus sistemas de seguridad y salud son también las que pueden aportar un valor añadido a tu proyecto, como el orgullo por su trabajo, estándares de calidad más exigentes, obras mejor acondicionadas y un mayor respeto por las instalaciones vecinas.
Todo contratista debe estar en disposición de demostrar a sus clientes que dispone de sólidas estructuras de control de seguridad y salud, pero esto es algo que está lejos de la realidad. Según nuestros datos, menos de dos de cada cinco proveedores de la construcción del Reino Unido (el 37 %) cuentan con estructuras de control de seguridad y salud acreditadas con normas como la ISO 45001. Un porcentaje que cae al 30 % en España y no supera el 11 % en los países nórdicos.
La función de Achilles es recopilar información detallada sobre los sistemas de los contratistas en materia de seguridad y salud, derechos humanos y sostenibilidad, así como su estabilidad financiera. Nuestro proceso de auditoría te libera de las conjeturas o de la ardua tarea de búsqueda de socios de construcción que respondan a las normas establecidas en tus obras, brindándote la seguridad de que tu proyecto de construcción parte de la base adecuada para lograr el objetivo de «cero accidentes».
